LAS
VANGUARDIAS LITERARIAS DEL SIGLO XX
Proyecto Didáctico de
Javier Aristu Mondragón
Profesor del IES Ciudad
Jardín
Sevilla
El término vanguardias
surge en Francia durante los años de la Primera Guerra [1914-1917].
Su origen está precisamente en el vocablo francés avant-garde,
término de origen militar y político, que venía a reflejar el
espíritu de lucha, de combate y de confrontación que el nuevo arte
del siglo oponía frente al llamado arte decimonónico o académico.
Desde el principio, el
arte vanguardista adquiere una impronta provocadora contra lo
antiguo, lo naturalista o lo que se relacionara con el arte burgués.
No será causalidad que todas las primeras manifestaciones de estos
vanguardismos estén repletos de actos y gestos de impacto social,
como expresión de un profundo rechazo a la llamada cultura burguesa.
La Primera Guerra, como expresión del afán imperialista y del
profundo fracaso de esa burguesía por conseguir la paz, será el
período en que, junto a actitudes diversas de rechazo a la guerra,
afloren todas estas manifestaciones artísticas extraordinarias con
una versatilidad y agilidad desconocidas hasta entonces. Los
llamados ismos se sucederán uno tras otro.
No es ninguna casualidad
que el surgimiento de los vanguardismos artísticos y literarios esté
relacionado íntimamente con el periodo de mayor intensidad social,
ideológica, en definitiva histórica, del siglo XX: el periodo que
va desde la Primera guerra del 14 al inicio de la Segunda en 1939.
En esos 15 a 20 años cuajan las experiencias del nuevo arte: unas
pasarán rápidamente, otras quedarán incorporadas al arte para
siempre, pero la revolución de las formas y de los contenidos se
producirá, sin duda, a partir de aquellas vanguardias de los años
20.
Auge y crisis
Los vanguardismos
despuntan inmediatamente antes o durante la Primera Guerra, llegan a
su apogeo durante la década de los años 20, entran en crisis a
partir de 1929 y desaparecerán en la década de los 30.
En esos años, los
artistas vanguardistas se han enfrentado al mundo de ideas
proveniente del pensamiento burgués: unos derivarán hacia el
antiburguesismo de tipo fascista, como es el caso del futurismo
italiano de Marinetti; otros volcarán su rebeldía en el movimiento
proletario izquierdista. De esta forma, los dos grandes movimientos
que marcarán el siglo XX, el fascismo-nazismo y el comunismo, serán
expuestos y cantados en sus iniciales años de poder a través de una
estética y unas formas vanguardistas. El caso más ilustrativo es
el del surrealismo francés y su apuesta por la revolución
comunista. Posteriormente serán ellos mismos perseguidos y
prohibidos por los propios aparatos culturales de estado, como
ocurrió en la URSS estalinista a partir de 1923 y en la Alemania
nazi de 1933. En el primer caso, los poetas futuristas serán
criticados a partir de la nueva estética realista y populista tras
la guerra civil revolucionaria. En el segundo caso, los jerarcas
nazis secuestrarán la pintura vanguardista que había caracterizado
el renacer cultural alemán, considerada a partir de entonces como
"arte degenerado".
La gran confrontación
ideológica y militar de la década de los cuarenta, la Segunda
Guerra, acabará con los vanguardismos. Sus restos o serán
enterrados o derivarán en el arte moderno cuya expresión más
genuina será el arte de Estados Unidos a partir de los años 40. El
trabajo de fundamentar un nuevo concepto de arte y de literatura ya
estaba realizado.
Aunque es muy arriesgado
establecer una definición de tendencias y grupos tan variados, nos
inclinamos por presentar este esquema establecido por el profesor
Giménez Frontín
1 Oposición a las
estéticas de corte naturalista
2 Arte de minorías,
surgió en sus orígenes separados del gusto popular, aunque
progresivamente se ha ido integrando en el actual arte de masas.
3 Arte condenado a la
fugacidad, en perpetuo cuestionamiento de uno mismo, en continua
experimentación de nuevas formas.
4 Constante adaptación a
las necesidades de la expresión de las nuevas experiencias de
conciencia.
5 Subjetividad creadora
capaz de captar por anticipado el espíritu de los tiempos y la
crisis histórica.
papel crucial del
lenguaje como medio de expresión de esa experiencia.
6 Una conclusión: las
vanguardias fueron las avanzadillas de la sensibilidad creadora de
nuestro tiempo.
Futurismo: el frenesí
de la vida moderna
Movimiento literario y
artístico surgido en Italia en el primer decenio del siglo XX.
Nació con un manifiesto, y varió y fijó sus propios enunciados en
una serie de manifiestos. El 20 de febrero de 1909 FET. Marinetti
publicó en Le Figaro de París un primer Manifiesto en el
que proclamó como formas de expresión del futurismo la agresividad,
la temeridad, el salto mortal, la bofetada, el puñetazo.
En 1912, el mismo
Marinetti, con el Manifiesto técnico de la literatura futurista,
apuntó como medio específico de expresión literaria las «palabras
en libertad», que eran capaces de traducir, por analogía y
sugestión, los mecanismos psíquicos y el frenesí de la vida
moderna. Esto comportaba la abolición de la sintaxis, de la
puntuación, de las partes calificativas del discurso (adjetivos,
adverbios). Las nuevas teorías se aplicaron también a la pintura
(1910: Primer y segundo manifiesto de la pintura futurista, firmados
por Balla, Boccioni, Carrá y Russolo), a la música (1910:
Manifiesto de los músicos futuristas, firmado por Pratella), a la
escultura (1912: Manifiesto de Boccioni, en el que se afirma que la
escultura debe convertir el infinito plástico aparente y el infinito
plástico interior), al teatro (1915: Manifiesto del teatro futurista
sintético, firmado por Marinetti y Settimelli, y Manifiesto de la
escenografía futurista, firmado por Prampolini; el primero
recomendaba 2 sorprender al público con cualquier medio, p. Ej. con
la 1 concisión, reduciendo las escenas al tiempo fulminante ( de
pocos segundos) e incluso a otras formas artísticas todavía por
nacer, pero destinadas a nacer en el futuro.
Esta gran cantidad de
programas revela una exasperada proyección hacia el futuro; y si por
un lado expresa la voluntad de romper con la tradición, por el otro
demuestra una cierta incapacidad de realizarse en formas menos
hipotéticas y más actuales. Uno de los aspectos más llamativos
del futurismo es, en suma, lo veleidoso, que se enmascara de
triunfalismo para rechazar el mito de la derrota propio de cierto
romanticismo y del decadentismo. Los fu turistas cultivan, por el
contrario, el mito de la victoria: victorias tal vez ficticias,
coronadas no por una gloria aristocrática y solitaria (como en
D'Annunzio), sino por el escándalo en los cafés, en la calle, en
las salas de conferencias.
De todos modos el
futurismo fue, buena o mala, una escuela de polémica y de moral; y
si usó con eficacia la técnica publicitaria, admitiéndola de golpe
en la expresión artística, lo hizo con una finalidad básicamente
pedagógica. Pero ello no impidió a los futuristas transformar, con
el tiempo, los temas iniciales de la máquina, la velocidad, la
técnica en exaltación de la violencia, del imperialismo, de la
guerra, «higiene del mundo», y, por lo menos con Marinetti, del
fascismo.
En el ámbito literario,
el futurismo italiano tuvo sus mejores exponentes, además de en
Marinetti, en A. Palazzeschi, C. Govoni y A. Soffici; pero los
resultados más importantes del movimiento se alcanzaron,
probablemente, en el campo de las artes figurativas, con la
introducción (sobre todo por obra de Boccioni) de un nuevo sentido
del espacio que tuvo consecuencias importantes en la vanguardia
europea contemporánea y posterior: cubismo, dadaísmo, surrealismo.
Filippo Tomasso
MARINETTI: (Alejandría, Egipto, 1876 -Bellagio, Como, 1944)
escritor italiano. Poeta, novelista y fundador del futurismo, pasó
su juventud en París, donde publicó sus primeras obras, escritas en
francés. El 20 de febrero de 1909 publicó en «Le Figaro» el
primer manifiesto del futurismo, que arremete contra los valores
tradicionales, exaltando el dinamismo de la vida moderna, los mitos
de la máquina y de la guerra y la violencia como afirmación de la
individualidad.
En el siguiente
Manifiesto de la literatura futurista (Manifesto della letteratura
futurista, 1910) teorizó poéticas y medios expresivos adecuados
para lograr la dinámica de la sensación, del movimiento, de la
materia, mediante el desquiciamiento de la sintaxis y la puntuación,
las palabras en libertad y los caracteres de imprenta dispuestos de
maneras sugestivas e inusitadas.
Los resultados más
notables de la aplicación directa de este programa son la novela
Mafarka el futurista (Mafarka il futurista, 1910) y, en
lo poético, Zang Tumb Tumb. Adrianópolis, octubre de 1912
(Zang Tumb Tumb. Adrianopoli, ottobre 1912, 1914),
descripción fonosimbólica de un episodio de la guerra de África.
Inspiró y redactó otros manifiestos, como Teatro de variedades
(Teatro di varietá, 1913), Teatro sintético (1915) o
Guerra, la única higiene del mundo (Guerra sola igiene del
mondo, 1915). Su nacionalismo y su belicismo le llevaron a
apoyar la guerra de Libia (La batalla de Trípoli, La battaglia di
Tripoli, 1912), posteriormente la intervención en la 1ª Guerra
Mundial y finalmente la dictadura fascista, de la que recibió
honores y cargos oficiales.
Marinetti fue sobre todo
un hábil organizador cultural, sensible a las nuevas relaciones con
el público nacidas con los mass media; algunas de sus mejores
capacidades son reconocibles en la inventiva lúcida y agresiva de
los «manifiestos», que se elevaron, gracias a su escritura, a la
categoría de género literario.
Enciclopedia de la
Literatura Garzanti
El movimiento Dada surgió
a la vez en Suiza y Estados Unidos en 1916. Desde Zurich se expandió
hacia Alemania y hacia Francia. En París es ya el movimiento de moda
en 1923. El movimiento Dada tiene la particularidad de no ser un
movimiento de rebeldía contra otra escuela anterior, sino que se
funda en un cuestionamiento de todo el marco conceptual del arte y de
la literatura de antes de la Primera Guerra.
El grupo de Zurich
Suiza, a partir del
estallido de la guerra en 1914, se convierte en un centro de
refugiados pacifistas de toda Europa. Allí se encontraron todos los
disidentes de otras escuelas previas, tales como el expresionismo
alemán, el futurismo italiano o el cubismo francés. En 1916, en
Zurich, un grupo de artistas instalaron en una cervecería un pequeño
cabaret, al que bautizaron como "Cabaret Voltaire". Allí
se reunieron el filósofo Hugo Ball, el poeta Tristan Tzara, el
pintor marcel Janco, ambos refugiados rumanos, y el pintor alsaciano
Jeans (Hans) Arp. A partir de ese encuentro comenzaron una serie de
actividades en el cabaret así como editaron la revista que llevaría
el nombre de "Dada"
Tristan Tzara pronto se
convirtió en el promotor y principal exponente del movimiento Dada.
Entre él y Hugo Ball dieron sustancia a la teoría dadaísta.
El origen del término
Dada es confuso y controvertido. De acuerdo con la versión de Tzara
y Ball, la palabra surge de la casualidad: abriendo las páginas de
un diccionario con la ayuda de un cuchillo, el primer término
señalado fue ese: dada. De acuerdo con otras versiones, fueron los
camareros del Café Terrasse, lugar donde se solían encontrar estos
artistas centroeuropeos, quienes identificaron primeramente al grupo
como dada: para esos camareros, las lenguas habladas por aquellos
emigrados eran incomprensibles, salvo la sílaba "da-da"
("sí, sí", en ruso y otras lenguas)
En pocos meses los
espectáculos del café Voltaire fueron famosos en la ciudad Suiza.
El espectáculo dadaísta había nacido, cargado de provocación,
tendencia agresiva, propuestas ilógicas y absurdas.
En 1917 Francis Picabia,
un pintor francés, refugiado también en Suiza entra en contacto con
Tzara. Ambos darán sentido al Manifiesto Dada de 1918, posiblemente
el documento más importante del movimiento dadaísta de Zurich. Tras
el fin de la guerra, el dadaismo cautiva a los artistas vanguardistas
de París, produciéndose un resurgimiento del mismo. El Zurich dada,
con la diáspora de sus refugiados, se había acabado.
El grupo de Nueva York
También la declaración
de guerra llevó a la ciudad americana a grupos de artistas
refugiados. Entre ellos hay que destacar a Duchamp y Picabia. Allí
se integraron con las corrientes vanguardistas que desde comienzos
del siglo se estaban gestando en Harlem, Greenwich Village y
Chinatown. Aunque Nueva York no era Zurich, ni existía ese clima de
refugiados políticos de la ciudad suiza, el espíritu iconoclasta,
recalcitrante y nihilista fue idéntico. En marzo de 1915 nace la
revista "291", nombre tomado del número de la casa ocupada
por una galería de arte en la Quinta Avenida. Duchamp, Picabia, Jean
Crotti, como europeos refugiados, junto con los americanos Man Ray,
Morton Schamberg y otros dan vida al dada neoyorquino.
El grupo de Berlin
Tras la guerra, Alemania
entra en una crítica situación. Tras la revolución bolchevique, el
partido Espartaquista alemán -la izquierda socialista- ensaya
también la revolución en Alemania. En toda esa agitación social un
grupo de artistas van a incorporarse a las tesis izquierdistas: será
el Movimiento dadaista.
Procedente del grupo de
Zurich, Richard Huelsenbeck, trae a Berlin el espíritu dadaista,
pero mucho más radical contra las anteriores escuelas vanguardistas
(futurismo, cubismo). Junto con el poeta Raoul Hausman promueve
declaraciones y manifiestos a partir del "Dada Club". Junto
a los anteriores destacarán el pintor Georg Grosz, agudo crítico
del militarismo y del capitalismo alemán de aquellos años, y los
hermanos Herfelde, uno famoso divulgador de la técnica artística
del fotomontaje, otro indispensable editor de las obras dadaistas de
aquellos años.
El movimiento dada
berlinés pasará a la historia por la incorporación de las nuevas
técnicas artísticas de difusión de ideas entre las masas,
principalmente el fotomontaje. La constitución de la República de
Weimar en 1919 marca el fin de los proyectos políticos dadaistas y
la resituación de este grupo en los marcos artísticos.
El Surrealismo puede dar
sentido por sí solo al movimiento vanguardista. La capacidad
imaginativa y la sugerencia de sus construcciones mentales
significaron, sin duda, una verdadera revolución en el arte
posterior a la Primera Guerra.
Aunque se haya dicho
muchas veces que el Surrealismo viene directamente del Dadaismo es
importante destacar los orígenes autónomos y propios del primero.
Lo cual no quita que tengan entre sí líneas de contacto y
reflexiones comunes. Pero si el dadá es un arte que propugna
destruir, provocar el caos y aniquilar, el Surrealismo construye de
veras una concepción del arte y de la vida.
Freud ejerce una
influencia decisiva en el movimiento. Sus teorías acerca del mundo
autónomo de los sueños, de la capacidad automática de la psiquis,
del profundo y oscuro mundo interior de la mente -el subconsciente o
inconsciente- aparecen como reveladoras de una nueva naturaleza del
arte humano. Breton comienza a estudiar al psicoanalista vienés ya
en 1916 -tres años antes de que se conocieran él y Tristan Tzara- y
desarrollará un amplio caudal de conocimientos sobre dichas teorías.
Consecuencia de aquel
conocimiento y del encuentro de varios artistas será el nacimiento
de la revista Littérature fundada por André Breton, Louis Aragon y
Philippe Soupault, nacida como consecuencia de la crisis del Dadá.
Igualmente, en 1919 Breton y Soupault publican la que puede ser la
primera obra surrealista: Champs magnetiques. Pero será 1924 el año
decisivo: en ese año nacen las revistas Surréalisme y Révolution
surréaliste y Breton redacta el Primer Manifiesto del Surrealismo.
Ya para entonces se les han añadido nombres como Artaud, Éluard,
Péret y otros.
El concepto surrealismo
ya había sido citado por Apollinaire. Sin embargo, Breton aporta un
nuevo contenido y una nueva significación.
A partir de 1925 el
movimiento se expande y politiza. Se publican cartas-denuncias
dirigidas al papa, al dalai lama, contra la guerra, a favor de
libertad para los delincuentes y para los locos. Su inclinación
izquierdista no es óbice para sufrir la desconfianza del comunismo
estalinista. La voluntad de los artistas surrealistas de militar en
el comunismo se encuentra con la férrea burocracia del dogmatismo
del partido francés (PCF). Ello no impide que el "Papa Breton"
redacte su Segundo Manifiesto del Surrealismo en diciembre de 1929,
donde criitcará a aquellos surrealistas "puros", que no
han apoyado la revolución marxista. Como consecuencia de aquella
batalla dialéctica de varios años, con crisis en el grupo y cambios
de posicionamientos, Breton, Éluard y Crével serán expulsados en
1933 del PCF. Quedan así dos tendencias surrealistas: una,
identificada con el partido comunista francés, y otra, encabezada
por Breton que se agrupa en torno a una tendencia de tipo trotskista.
Con la segunda Guerra
Mundial el movimiento llega a América. Breton, exiliado en los
Estados Unidos, funda allí la revista V.V.V., conoce a Trotski en
México y propicia y apoya el efecto surrealista por todos esos
países.
A su regreso a Europa en
1945 insiste en difundir el movimiento surrealista. Pero ya Francia,
y Europa, han entrado en la onda del existencialismo y del arte
comprometido desde otros presupuestos. Son Sartre y Camus los nuevos
creadores de opinión literaria. Sin embargo, Breton, respetado y
elogiado, lleva su actitud de denuncia social hasta rebelarse contra
la guerra de Argelia (1958).
La palabra. surréalisme
es un término francés compuesto del prefijo sur y el nombre
réalisme. La primera vez que aparece es en el título de la obra de
Apollinaire "Las tetas de Tiresis. Drama surrealista". Su
traducción sería algo así como "superrealismo" o "sobre
el realismo". De esa forma querría dar a entender el arte que
está más allá de la realidad. De hecho en un principio la
traducción española citaba "Superrealismo" o
"Sobrerealismo". Hoy día ha permanecido el término
Surrealismo, que no se debe confundir en la traducción española
como "subrealismo", lo cual distorsionaría completamente
el sentido de la palabra.
Canción del automóvil
Por MARINETTI.
A MON PÉGASE
L'AUTOMOBILE
Dieu
véhément d'une race d'acier,
automobile ivre d'espace,
qui piétines d'angoisse,
le mors aux dents stridentes
¡Dios vehemente de
una raza de acero,
automóvil ebrio de
espacio,
que piafas de
angustia, con el freno en los dientes estridentes!
¡Oh formidable
monstruo japonés de ojos de fragua,
nutrido de llamas y
aceites minerales,
hambriento de
horizontes y presas siderales
tu corazón se
expande en su taf-taf diabólico
y tus recios
pneumáticos se hinchen para las danzas
que bailen por las
blancas carreteras del mundo.
Suelto, por fin, tus
bridas metálicas.., ¡Te lanzas
con embriaguez el
Infinito liberador!
Al estrépito de¡
aullar de tu voz...
he aquí que el Sol
poniente va Imitando
tu andar veloz,
acelerando su palpitación
sanguinolento a ras
del horizonte...
¡Míralo galopar al
fondo de los bosques!...
¡¡Qué importa,
hermoso Demonio!
A tu merced me
encuentro... ¡Tómame
Sobre la tierra
ensordecido a pesar de todos sus ecos,
bajo el cielo que
ciega a pesar de sus astros de oro,
camino exasperando mi
fiebre y mi deseo,
con el puñal del
frío en pleno rostro.
De vez en vez alzo mi
cuerpo
para sentir en mi
cuello, que tiembla
la presión de los
brazos helados
y aterciopelados del
viento.
¡Son tus brazos
encantadores y lejanos que me atraen!
Este viento es tu
aliento devorante,
¡insondable Infinito
que me absorbes con gozo...
¡Ah! los negros
molinos desmanganillados
parece de pronto
que, sobre sus aspas
de tela emballenada
emprenden una loca
carrera
como sobre unas
piernas desmesurados...
He aquí que las
Montañas se aprestan a lanzar
sobre mi fuga capas
de frescor soñoliento...
¡Allá! ¡Allá!
¡mirad! ¡en ese recodo siniestro!...
¡Oh Montañas,
Rebaño monstruoso, Mammuths
que trotáis
pesadamente, arqueando los lomos Inmensos,
ya desfilasteis... ya
estáis ahogadas
en la madeja de las
brumas!...
Y vagamente escucho
el estruendo
rechinante producido en las carreteras
por vuestras Piernas
colosales de las botas de siete leguas...
¡Montañas de las
frescas capas de cielo!...
¡Bellos ríos que
respiráis al claro de luna!...
¡Llanuras tenebrosas
Yo os paso el gran galope
de este monstruo
enloquecido... Estrellas, Estrellas mías,
¿oís sus pasos, el
estrépito de sus ladridos
y el estertor sin fin
de sus pulmones de cobre?
¡Acepto con Vosotras
la opuesta,... Estrellas mías ...
¡Más pronto!...
¡Todavía más pronto
¡Sin una tregua¡
¡Sin ningún reposo
¡Soltad los
frenos!... ¡Qué! ¿no podéis?...
¡Rompedlos!...
¡Pronto!
¡Que el pulso del
motor centuplique su impulso!
iHurral ¡no más
contacto con nuestra tierra inmunda
¡Por fin me aparto
de ella y vuelo serenamente
por la escintilante
plenitud
de los Astros que
tiemblan en su gran lecho azul
M. R.M. traduxit.
De La Ville Charnelle.
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